Es siempre difícil la tarea de la educación del los hijos cuando se quiere un equilibrio entre la autoridad de papá, mamá y las consideraciones y respeto que se le debe tener al niño a la integridad de su persona para comenzar a fomentar una solida autoestima, que es la base de sus seguridades y realizaciones futuras.
El éxito en la educación de una persona se refleja en cómo es la conducta y la actitud de la persona en cada una de sus etapas de vida, y para ello existe una manara ordenada para lograr esta formación, pero también la consideración muy especial de que la educación depende en gran parte de cómo es la persona a la que se le debe educar, es decir en nuestra naturaleza existen disposiciones muy claras de que la persona es única y por ello el enfoque en su formación debe ser muy especial.
Lo primero que se debe tomar en cuenta, son: las preferencias naturales que tiene el hijo, es necesario aceptar a los hijos en su manera especial de ser, pues el problema que tenemos como padres es que queremos que nuestros hijos se eduquen según nuestras preferencias y rasgos personales, entonces imponemos acciones propias de nuestras tendencias y preferencias y al tiempo nos damos cuenta de que estas no funcionan con nuestros hijos porque ellos tienen otras preferencia naturales muy diferentes a las nuestras, entonces en lugar de estar desarrollando seres humanos realizados los estamos frustrando y amargando, porque sienten que en la familia no se les valora y no se les toma en cuenta como las personas especiales que son.